Una semana más volvemos al tema de los transgénicos, y en esta ocasión será un animal de granja modificado genéticamente,
más concretamente una vaca. Antes de continuar dejadme aclarar que el
título no pretende poner la leche producida por esta vaca por encima de
la leche de vacas normales, simplemente refleja el hecho que esta leche
no debería despertar una respuesta alérgica en bebés.
Vamos
por partes. El paso de leche materna a leche de vacuno en bebés se
realiza en función de las posibilidades y necesidades de cada familia,
pero actualmente se tiende a introducir la leche de vacuno más pronto
por motivos sociológicos conocidos por todos. Este hecho no es negativo
por sí mismo, pero en determinados casos (en un 2-3% de los bebés) la
leche de vacuno despierta respuesta alérgica, cosa que puede suponer un
serio problema para el recién nacido. Ya hace tiempo que se sabe qué
componente de la leche de vacuno provoca esta reacción (la proteína
b-lactoglobulina o BLG que no está presente en la leche materna) e
incluso hay empresas que han introducido en su catálogo de productos
alimentarios para bebés leche que no contiene esta proteína. Esta leche
se obtiene con procesos químicos relativamente complejos (y caros) que
en ocasiones dejan gusto amargo en la leche.
Ante
este hecho, un grupo de investigación neozelandés decidió trabajar en
la manipulación genética de vacas para conseguir que éstas no produzcan
la proteína alérgena en su leche, para lograrlo utilizaron sistemas de RNA de interferencia (iRNA) y más concretamente micro RNA de interferencia (miRNA). Este sistema se basa en la silenciación de la expresión
a nivel de RNA mensajero (mRNA) gracias a un complejo proteína-miRNA
llamado RISC; para explicarlo sencillo, el miRNA (secuencias muy cortas
de RNA) se complementa con determinadas regiones del mRNA diana llevando
consigo un complejo de proteínas que cortarán dicho mRNA, de esta
manera, aunque en una determinada célula o tejido se exprese un gen a
nivel de mRNA, esta expresión no llega al nivel de proteína, cosa que
generalmente comporta la silenciación del gen. Volviendo al tema del
artículo y ligándolo todo, estos investigadores comprobaron qué miRNA de
un set inicial de 10 (o combinación de estos) conseguía silenciar la
expresión de BLG en ratones modificados genéticamente para
posteriormente aplicar esta tecnología en vacas.
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Proceso de creación del miRNA |
La obtención de vacas modificadas genéticamente tiene también un trasfondo complejo, ya que requiere técnicas de clonación
muy similares a las utilizadas con la oveja Dolly (y posteriormente con
la menos conocida Polly que tiene mucho más en común con nuestra vaca).
En este caso se transplantaron núcleos de células de piel de una vaca a
un óvulo enucleado (sin núcleo) y se modificó genéticamente para añadir
la expresión de un miRNA que había mostrado capacidad para reducir la
expresión de BLG en un 96%.
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Oveja Dolly. El primer mamífero clonado |
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Oveja Polly. Clonada y modificada genéticamente |
Así, de entre 100 embriones manipulados de esta manera, sobrevivió 1 que tras ser transplantado a un “útero de alquiler” (surrogate womb
en inglés) pasó a convertirse en Daisy, la vaca transgénica cuya leche
no contiene BLG pero a cambio presenta el doble de caseína (otra
proteína típica de la leche). También se ha visto que no presenta cola,
aunque no se sabe si esto es debido a una infrecuente enfermedad
congénita de las vacas o al propio proceso de modificación realizado
(sería necesario saber si el miRNA introducido se expresa únicamente en
glándulas mamarias, si puede llegar a silenciar otros genes…). Por lo
demás Daisy es una vaca sana (que no puede espantar las moscas) que
actualmente vive con sus congéneres.
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Vaca Daisy. La primera vaca transgénica |
Los autores del estudio han indicado que además del objetivo evidente de este estudio, también quería demostrar que es posible modificar parámetros agroalimentarios en animales de granja
a través de la ingeniería genética (actualmente se logra únicamente a
través de estudios genéticos que permiten establecer programas de cruce
entre animales con las características deseadas).
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Daisy |
De
la misma manera que en el anterior artículo sobre transgénicos
criticaba el “modus operandi” de los investigadores, en este caso no
encuentro nada objetable a nivel ético, ya que el animal no parece
sufrir por ser transgénico, no supone un peligro para el medio ambiente y
además la modificación realizada supone un beneficio para la sociedad
(aunque sólo sea un 2-3%). Ahora falta ver si la sociedad acepta este
tipo de experimentos, para lo cual, como siempre, lo importante es la
manera de comunicarlo. Por el momento la prensa general se ha hecho eco
de la noticia (algunos más rápidos que otros) y por lo menos a mí me ha
parecido percibir un tono bastante positivo en ellas (algo muy
importante).
Fuentes:
http://www.genome-engineering.com/gm-cow-could-cut-babies%E2%80%99-milk-allergies.htmlEtiquetes de comentaris: Biotecnologia Aplicada, Biotecnología y Salud, Ciència i societat, Enginyeria genètica, Ètica, Genètica