Es
bien conocido que en la ciencia, y particularmente en las ciencias de
la vida y la medicina, se realiza experimentación con animales, ya sea
porque el nivel de conocimiento requerido no se basta con los estudios in vitro
o para poder obtener información suficiente para la posterior
experimentación con humanos (que entonces pasa a llamarse estudio
clínico). Si de entre todos los animales tuviéramos que pensar en un
tipo en concreto de animal para experimentar, muy probablemente a todos
nos vendría en mente los ratones o las ratas, y no es para menos, más del 80-90% de los animales de experimentación utilizados son roedores. En este artículo intentaré daros a conocer algunos de los estudios con roedores más curiosos que he encontrado.
Generalmente, entre científicos damos por hecho que los animales de experimentación cumplen un papel indispensable
perfectamente regulado para poder lograr nuestros objetivos sin
ocasionar por ello un daño injustificado a otros seres vivos, pero
cuando llegamos al tema de patentes (como ya vimos en la propiedad sobre
la vida) la regulación (en Europa) es aún más fuerte. Así tenemos 2
ejemplos que corrieron una suerte muy dispar en nuestro continente: por
un lado el Oncomouse de Harvard,
un ratón modificado genéticamente a nivel somático y germinal, es
decir, todas las células de su cuerpo y también sus gametos sexuales,
para tener mayor propensión a sufrir un cáncer y por otro lado el ratón
Upjohn, un ratón modificado genéticamente para padecer alopecia. ¿Cuál
de ellos creéis que fue aceptado como patente y cuál no? Pues con el
Oncomouse, por mucho que su modificación parezca más nociva, se
consideró que el daño estaba claramente compensado por su utilidad en el
estudio del cáncer, por lo que fue aceptado como patente, mientras que
el ratón Upjohn, diseñado para estudiar tratamientos contra la calvicie y
métodos de mejora para la producción de lanas, fue rechazado como
patente ya que los daños causados eran mayores que los beneficios
(éticamente hablando) generados.
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Oncomouse de Harvard |
Dejando
de lado los experimentos más sofisticados con roedores modificados
genéticamente, quizás los experimentos más curiosos los podemos
encontrar en los estudios psicológicos y psiquiátricos, así desde
estudios para comprender los mecanismos del estrés o la depresión hasta
aquéllos que relacionan conductas animales con conductas “típicamente
humanas” como el bullying, podríais encontrar diseños experimentales
realmente ingeniosos que además muestran conductas que creíamos “muy
humanas” en pequeños roedores.
Así tenemos como recientemente se ha publicado un experimento
muy curioso con ratas que pretendía determinar hasta qué punto se
pueden manipular los sueños de estos animales. Para lograrlo se hacía
trabajar a estas ratas durante todo el día en un laberinto, en el cual
había comida a la que se podía llegar por el camino de la izquierda o la
derecha, y siguiendo un experimento de respuesta condicionada clásico,
lograron que estas ratas relacionaran el hecho de que la comida
estuviera en el camino de la derecha o la izquierda con uno u otro
sonido; una vez logrado esto se estudió la actividad cerebral de la rata
mientras realizaba dicha actividad y cuando la rata se fue a dormir
siguieron controlando su actividad cerebral, con lo que vieron que, al
igual que los humanos, las ratas también sueñan con lo que han estado
haciendo durante el día como parte del proceso de aprendizaje dirigido por el hipocampo.
Y entonces llega la parte de manipulación del sueño, ya que cuando los
investigadores detectaron que la rata soñaba con su actividad diaria
emitieron uno de los dos sonidos y ¡vieron como la actividad cerebral de
la rata se correspondía con el que hubiera tenido estando despierta y
siguiendo la respuesta condicionada! Para dejarlo claro, si por poner un
ejemplo sencillo un bocinazo hacía que la rata fuera a la izquierda y
un silbido que fuera a la derecha, durante el sueño, al emitir un
bocinazo la actividad cerebral se correspondía con el hecho de ir a la
izquierda y viceversa. Así pues, un estímulo del “mundo real” alteraba la “experiencia onírica” de estas ratas.
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Laberinto en T |

Espero que tras leer este artículo veáis con otros ojos a nuestros pequeños compañeros de laboratorio.Etiquetes de comentaris: Biotecnologia Aplicada, Biotecnología y Salud, Ciència i societat, Curiositats, Enginyeria genètica, Ètica