El
otro día me encontré con una noticia cuanto menos curiosa, y más ahora
que estamos en pleno verano con “operaciones bikini”, dietas, que si
hiperproteicas, hipoproteicas, dieta dunkan , dieta de la alcachofa...en
fin hay infinidad de términos asociados a la pérdida de peso, algunos
más controvertido que otros, con más riesgos para la salud o menos, pero
el caso es que desde hace tiempo la sociedad actual tiende a “hacer
dieta”.
Ciertamente, estel hallazgo no va con la gente que quiere perder “esos kilitos de más”, es la gente con problemas reales de obesidad morbida,
y otras enfermedades relacionadas y/o asociadas, como la diabetes, las
que se pueden beneficiar de él realmente. Es pensando en estas personas,
cuando encuentro interesante este nuevo hallazgo,
y quiero creer que fué la motivación de su estudio, aunque, casi con
toda seguridad, este descubrimiento tendrá muchas aplicaciones y usos
dietético-estéticos, ampliamente demandados por la sociedad, en general.
La duda sobre el propósito de esta investigación, aunque se ha vendido como orientada a frenar la obesidad y ayudar a la diabetes,
es cuanto menos razonable y aceptable; Digo esto, porque es curioso
como nuestra sociedad tiende a preocuparse más por las nimiedades de
unos pocos que por los problemas reales.
Debates ético-morales a parte, centrémonos en la ciencia de este hallazgo.
La revista Cell
publicó ayer en su edición digital un artículo que describe la
existencia en adultos de una clase distinta de grasa buena, que también
tiene la facultad de quemar calorías como la parda, bautizada como grasa
beige. Su existencia ya fue descrita en 2008 por el Dr. Spiegelman,
pero este estudio, llevado a cabo por el mismo grupo de investigación,
es el primero en que se consiguen aislar estos depósitos de grasa. En
2009 se consiguieron aislar depósitos de grasa parda, pero nunca de esta
grasa beige.
El
Dr. Spielgeman es un experto en el tema y cuenta en su haber con un
gran número de descubirmientos, no solo la parda y la beige, sino
también la irisina,
una hormona que se genera gracias al ejercicio muscular y que convierte
la grasa blanca en parda. Una hormona que nos mantendría en forma sin
hacer ejercicio.
El Instituto Dana-Farber ha licenciado estos descubrimientos a la empresa biotecnología Ember Therapeutics,
fundada por Spiegelman, que planea desarrollar la irisina como terapia
contra la obesidad y la diabetes, aunque casi con toda seguridad
numerosas empresas farmacéuticas y de parafarmacia la valoraran como un
atractivo producto adelgazante que sustituya a las actuales dietas.
Entremos en detalle en estos tipos de células adiposas.
El hallazgo de la grasa parda,
células adiposas capaces de quemar calorías y reducir los depósitos de
grasa supuso todo un descubrimiento. Se conocía su presencia en roedores
desde hace décadas, y algo más tarde también se descubrió en bebés y
pequeños mamíferos.
En el 2009 se halló en humanos adultos (hasta entonces se creía que sólo existía en pequeños mamíferos y en bebés).
Este
hallazgo despertó la esperanza de contar con una nueva vía para
combatir la epidemia de obesidad que se está extendiendo por todo el
mundo, así como de una nueva posibilidad de dieta, como recogen algunos medios.
Sea como fuere, la actividad investigadora en torno a la grasa parda o
marrón está en plena ebullición desde que se describiera en 2009 su
presencia en personas adultas.
Su
función es prevenir del frío generando calor corporal al quemar estas
grasas, por otro lado, existe la grasa blanca, que en contraposición a
la grasa parda, en vez de quemar las calorías, las almacena, eso si,
tratando de obtener el mismo efecto, proteger del frío. El problema es
que su exceso tiene como consecuencia el favorecer obesidad, entre otras
enfermedades, en humanos adultos.
El
hecho de que se encontrara en la edad adulta disparó su atractivo entre
científicos y laboratorios. Las posibles aplicaciones terapéuticas y
estéticas se dispararon, pero para poder ser llevadas a acabo faltaba
describir de forma precisas sus mecanismos de actuación, aquéllos por
los que la grasa parda se activa y consume los depósitos de grasa blanca
, así como ser capaces de utilizarla a voluntad. Dentro de esta
necesidad enmarca el estudio que recoge Cell,
dirigido por el Dr.Bruce Spiegelman, del Dana Faber Cancer Institute.
Este aporta importantes pistas y avances y nos indica el descubrimiento
de un nuevo tipo de tejido adiposo, la grasa beige, que podría
considerarse hermana de la grasa parda.
Esta
nueva grasa es muy similar a la grasa parda conocida hasta la
actualidad , pero cuenta con una importante ventaja respecto a su
“hermana”. Esta es el hecho de que se puede inducir su actividad de
forma más sencilla, por lo que tiene mucho mayor interés como objetivo
terapéutico para combatir la obesidad, según explica Francesc Villarroya,
catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de
Barcelona, y uno de los mayores expertos en la materia en España.
Los
efectos terapéuticos potenciales de estos tipos de grasa, de acuerdo a
lo que el Dr.Spiegelman escribe en la revista cell, son muy claros.
Ambos grupos de grasa pueden ser inducidos obteniendo grandes avances
anti-obesidad y anti-diabetes. En este estudio en ratones manipulados
genéticamente han creado grandes acumulaciones de grasa parda y grasa
beige logrando ver estos citados avances. Según indica, incluso pequeñas
cantidades de estos tipos de grasa pueden quemar grandes cantidades de
calorías.
He
aquí una nueva vía de actuación ante la obesidad, una enfermedad que se
extiende de forma peligrosísima en el mundo occidental, de forma
preocupante sobre todo en edades tempranas, en una sociedad cada vez más
obesa, algo que nos resta calidad de vida y que genera muchas
enfermedades derivadas y subderivadas de ella.
Este
estudio no permite ver una solución, una posible vía se ha abierto,
ahora solo es necesario ver si los intereses comerciales no lastran los
intereses de la sociedad y de la salud de la misma. Esperemos que así
sea, aunque Ember therapeutics tiene bastante que decir al respecto.
Etiquetes de comentaris: Biologia cel·lular, Bioquímica, Biotecnología y Salud, Ciència i societat